My sweet princess

Duerme bella niña. No te preocupes, que los Dioses están conmigo. Te ves tan linda mientras duermes. Pequeño angelito sin alas. Una sonrisa siempre en tu cara. No quiero, no puedo dormir, con tu imagen celestial a mi lado. Tus cabellos acomodados a la perfección. Tu brazo sobre mis costillas. Los párpados se cierran y se sellan, pero engaño a mi mente y me mantengo despierto. Para mirarte dormir.
Pelearé contra tus pesadillas, acabaré con las bestias. Te protegeré. Flotaré en tus sueños mas dulces.
Duerme, que quemas las rosas con tus manos. Duerme, sueña. Es todo lo que quiero. Tu comodidad.

Pero el aire no me pasa. Mis pulmones se achican. Mi garganta se cierra. El aire se convierte en plomo. Los brazos me tiemblan a falta de oxígeno. La vista se ennegrece. ¡No! Tu imagen tan perfecta está desapareciendo. No te vayas ahora.
Intento quedarme quieto. Tus brazos me aprisionan. Mis piernas te rodean. No quiero arruinar este momento. Tu perfume es lo único que respiro. Tu piel justifica mis dolores. Siento una piedra en mi pecho. Como si la mano de Lucifer hiciera presión desde adentro hacia afuera, y desde afuera hacia adentro. Mi corazón hace esfuerzos divinos por mantenerse vivo.
Por dentro estoy muriendo, pero es tu amor el que me da vida. Tu mano en mi espalda, tu cabeza en mi pecho son los que me dan la paz. Tú inhalas, yo inhalo. Tú exhalas, yo exhalo. Cierro los ojos. No quiero morir aquí. Tengo miedo. Pero acá estás vos.

Gracias por cuidarme.