11.26.2009

Lo valioso de la vida, los afectos.

Hace 3 años y un día llegaba a Avellaneda, era solo uno mas entre los extraños.
Hoy dirías que he envejecido al menos 10 años. Me dediqué por un tiempo a cantar en el puerto canciones que había aprendido aquí mismo. Unas pocas hablaban del cielo y muchas del abismo. La conocí una mañana tras una guitarra, y brotó de sus labios aquella tonada... Como si fuera una maldición ya no pude olvidarla.

Y podría volver, y podría decir que las cosas van bien allá por Avellaneda. Y omitir que allí una extraña mujer me enseñó que no hay bien que por mal no venga. Y aunque yo preguntaba ella siempre callaba o decía "no quieras saber de mi vida, no me hagas hablar, que si bebo es para olvidar."

Desde ese día, aquella melodía se aferra a mi alma... Arrancarla resulta imposible, pues resuena con la perfección de un recuerdo terrible. Y hoy cuando intento escribir nuevos versos, de frente me encuentro tan solo con desilusiones. Y ahora se con certeza que no escribiré mas canciones.

Y aunque yo preguntaba ella siempre callaba o decía "no quieras saber de mi vida, no me hagas hablar, que si vivo es para olvidar."

1 comentario:

мaiiia ғlorenncia; dijo...

e Marco te quiero .Gracias por estar :D