Luego de una noticia así, su rostro se quiebra, y jamas podrá recomponerse por mas fuerte que sea. Su celeste permanecerá puro, pero sus ojos se tornarán cristal por los llantos. Sus huesos arderán, su sangre se enfriará, y el ácido quemará su garganta. Su viveza nunca se irá de su cabeza, pero sus cabellos ya la han abandonado. Sus labios se momificaron, siempre apuntando hacia el suelo. Sus rodillas se agrietaron de tanto rezar. Ya no es quien solía ser.
Luego de una noticia así, uno ya no ve al mundo como solía verlo. Ni ya lo vive como solía vivirlo... Porque, luego de una noticia así, uno sabe que ningún tratamiento va a matar ese cáncer.
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