12.11.2014

El protagonista de mi propia historia.

Sino compito me quedo afuera. Y yo no quiero competir. Pero vos, vos me obligas.
No quiero hacerlo con vos, ni por vos. Pero vos, vos estás pendiente de que así sea.
¿Te gusta la adrenalina? ¿El riesgo? Hablás de emociones. Hablás de sentirte viva, de sentirte bien.
Ya ganaste una vez. Ya usé gente para mi cometido y los perdí. Hoy buscás que lo haga otra vez. Sos vos la que incita esto, la que alimenta el monstruo que hay en mí. El que tanto me pediste que silencie. Está emergiendo de la oscuridad, porque ya encontró una nueva víctima.
¿Víctima? ...
No, esperá. Una nueva cómplice. Alguien con la mentalidad y la edad suficiente para entender lo que sucede, y por qué sucede. Alguien que me entiende. Que me mira y me conoce. Me mira y se reconoce en mis ojos. Sabe quién soy, sabe cómo soy. Porque yo sé quién es, y  sé cómo es.
Estás jugando con fuego y caminás sobre brasas. Te recomiendo, una vez más que pares con este juego. No te conviene porque sé jugarlo muy bien. Soy quien lo inventó. Soy el Rey. Y vos un peón. Una recién iniciada que no sabe lo que hace ni dónde se está metiendo. Esto es terreno desconocido, mi amor. No querés saber qué es lo siguiente. Bueno... querer, claramente querés. Pero tenés que saber, que nada bueno va a salir de esto. Como antes sucedió.
Ese alguien, del que te hablo, que vos bien conocés, es mi aprendiz. Me mira y me adora. Y haría cualquier cosa por mí. Soy su maestro, soy el maestro. Y haría cualquier cosa por mí.
¿Tengo que recordarte, que este camino no nos funcionó? ¿Que este camino nos lastimó? ¿Es que ya lo sabés, en alguna parte de tu mente? ¿Estás buscando sabotearnos?
De nuevo, esto es muy fácil para mi. No tengo dudas que esta vez voy a salir ganando. No me provoques, ni lo provoques. Porque yo te provoco, lo provoco, y la provoco el doble.
Soy más fuerte, más hábil, mas discreto. Y ella quiere aprender de mí. Me mira desde su pequeña altura y me sueña. Siempre fue así. Desde que nos conocimos. Desde que posó sus ojos en los míos. La vuelvo loca, y se moja pensando en mí. Un chasquido de mis dedos y se arrodilla frente a mí. ¿Te gustaría saber lo lindo que se siente que me bese en la boca?
No va a detenerse ahí. Una vez que pruebe la calidez y suavidad de mis labios, no va a poder parar. Y yo no pienso detenerla. Cuando deje de besarme voy a encender un cigarro para disfrutar lo prohibido un poco más. Y lo voy a hacer con tu bendición, con tu apoyo, con tu consciencia, con tu impulso. Es que sé que lo querés. Sé que buscás el dolor, porque sos adicta. Te aburre lo normal, querés rebelarte a lo que te impusieron. No pienso ser testigo de esta aberración. No. Voy a ser cómplice, voy a ser dueño y autor. Voy a ser el protagonista de mi propia historia.
Quizás mañana vuelva a escribir, sobre cómo me acosté con ella. Y viví una noche del más dulce placer: El de lastimarte hasta que ruegues clemencia otra vez.

No hay comentarios: