8.29.2009

Largo (co)lapso.

¿Es la heroína en mis ojos? Él ya nunca mas hablará. Golpea el martillo, inyecta el líquido.
Mi piano de agua escribe nuevas melodías con ritmo, mientras me enamoro de la mujer indicada. Sobre mi cuerpo bebe el vino y corta mi garganta.
Tus encantos son ahora esparcidos hacia la lluvia de vidrios. La fuerza la cobras de la espesa miel que desprenden tus manos temblorosas. El deseo provoca ira que se volcará en tus pechos de gloria.
Bella princesa, el silencio es oro, las cuevas están iluminadas. Por eso te entrego lo único que mi cuerpo tiene intacto: mi corazón. Aunque los relojes se derritan y el tiempo se desvanezca, aunque los demás te intenten desnudar con la mirada, aunque los celos quemen mi carne. Yo te adoro.
Mi celeste amarillento sólo se posará en las rosas clavadas en tu pecho. Y así, mientras te siga amando, respiraré el aire de la Gloria (Hemos vencido). El destino, los opositores, los deseosos. Los hemos vencido a todos.

1 comentario:

Petrova dijo...

No necesito más palabras, con esas es suficiente.


Sos lo más hermoso que me pasó lejos.