12.09.2012

I. Pervertida.

Supongo que tu interés iba más allá de la curiosidad de una mujer prisionera. Ya pasaste por el extenso proceso de maduración en que te cuestionás si es correcto y reflexionás sobre las posibilidades. Si, ya pasó, ya no te preocupa. La mirás con descaro, nada te inhibe. Tus mejillas... están coloradas, pervertida.

II. Líquida.

...Pero es que incluso yo me siento intimidado por la delicadeza que le es propia al responderte con la mirada. A mi también me pasó por la cabeza el intentarlo, pero la bondad de un hombre derecho no es tan fácil de quebrar. Sin embargo, no puedo negar que me siento cada vez más débil, de alguna manera.

Haciendo uso de mi única opción, me limito a observa cómo la temperatura se eleva muy cerca de donde me siento.

III. Vapor.

Las sensaciones nuevas acarician mi piel. Nada podría ir mejor. De pronto empiezo a mirar a mi alrededor, y lo entiendo: no soy el único. No somos los únicos.

Las mujeres no dejan de mirarme. Me provocan, todas ellas me provocan.
Ellos también me están buscando. Se están buscando. Se están preguntando por qué. 
Con todas las ventanas cerradas, casi se puede ver vapor en el aire. 
Siento manos en mi cuerpo. Siento cuerpos en mis manos.



IV. Fuego.

Para hacerlo y deshacer mi piel. Quizás este tren jamás se detenga.

De todas formas, moriré en una explosión.

2 comentarios:

Petrova dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Petrova dijo...

Siempre me va a gustar la forma en la que escribis ♥ Cuántas hermosas sensaciones! Cuantos recuerdos!