Me pregunto si algún día dejaré de quererte tanto. Hemos vivido tantos cambios, que ya se vuelven incontables. Sos otra persona, soy distinto. Pero en el fondo, somos muy parecidos a los niños enamorados que fuimos hace un tiempo.
Esta imágen tan bella que tengo de vos, estos recuerdos imborrables... Esto que siento ahora, es algo hermoso, y espero que nunca se vaya. No me había dado cuenta de lo que significabas para mí, hasta que te ví vulnerable. Hasta que vivimos este momento único, que aunque corto fue, siempre quedará en mi memoria, lo puedo jurar.
Aconsejaste, hablamos, reímos, aconsejé. Abrazamos, tocamos y sentimos. Fue el preciso (Y precioso) momento en que tomé tu cintura, que sentí que me iba a otro mundo. Cuando deseé no haberte soltado para que te fueras. Esa piel que había sentido hace ya un largo tiempo. Y cada segundo que pasaba, deseaba volver a tenerte. Sentirte mía.
Así como me enseñaste a vivir, me enseñaste a querer, estuviste a mi lado cuando la vida me arrolló sin piedad. Gracias por acompañarme en un viaje difícil. Gracias por ser vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario