5.01.2017

Peligro de derrumbe

Hay una angustia acumulada en despertar cada día con mis hombros húmedos y tibios, efecto del caudal de lágrimas que sobre ellos descargas. Hay un dolor punzante cada vez que te pregunto qué te sucede, cada vez que respondés que son muchas cosas. Y te aferrás mas fuerte a mi brazo, y enterrás mas fuerte tu rostro sobre mi pecho. En mi cabeza sé que llorás por otras personas, por otras situaciones y otras acciones. Cosas que van más allá de mi. Que no querés que sepa, y sé que no quiero saber.
Me desconcierto y desentiendo de mi mismo cuando te abrazo y acaricio la espalda...  el pelo, deseando purgar todos tus dolores. Recibo el peso de las palabras de otros hombres, sus malos hábitos y formas de comunicar enfermas recaen sobre mí, cada mañana.
Soy receptor y reservorio de tus dilemas. En mi desembocan sus insultos y arremetidas.
Por sobre todas las cosas, tus lágrimas responden a una pasión nueva, que te atrae como una flama ardiente. Que te aleja de mi, la vieja estatua que en la que te apoyaste y recostaste tanto tiempo. Estatua de piedra vencida, erosionada. Llena de grietas que realzan la imperfección de una obra inacabada. Un monumento a nuestros recuerdos, que dejás atrás ante la primera advertencia de peligro de derrumbe.

No hay comentarios: